lunes, 16 de noviembre de 2009

Ladrillo a ladrillo se va construyendo la unidad de la oposición

Se que hay muchos incrédulos pero estoy convencido de que a esta autocracia que hoy nos gobierna, se le viene encima la tormenta perfecta.

Por un lado, todas las mediciones públicas, incluso las más creibles para el gobierno, revelan una continua disminución de las simpatías hacia el gobierno. Ya no solo es que la población considera que el gobierno lo está haciendo muy mal en los temas más preocupantes (seguridad, desempleo, costo de la vida, vivienda, etc.), sino que poco a poco también se ha venido erosionando la popularidad del presidente y aunque todavía no está muy claro si ya es impopular para la mayoría, lo que si parece ya un hecho es que entre el 60 y el 70% no quiere que continue más allá del 2012.

Este último número es lo suficiente grande como para sospechar que es algo irreversible, mas aún cuando el modelo populista hace agua por todos lados y claramente muestra que ha llegado a lo que daba. Hoy, el régimen necesitaría el precio del petróleo a prácticamente el doble de lo que está para poder retomar los niveles de subsidios y gastos que había mantenido, y eso a todas luces, es sumamente improbable. En el mejor de los casos, el gobierno lo que puede aspirar es a mantener las cosas más o menos como están, pero de ahí a que disminuya la delincuencia, se resuelva la ineficiencia de los servicios públicos, se reduzca el costo de la vida o el país crezca fuertemente para generar empleos mejor remunerados, necesitará que todos los santos del Vaticano se hagan chavistas y yo, no lo creo.

Chávez huele a viejo, a gastado. Un tipo simpático que reparte a diestra y siniestra, pero que parece se le acabo la suerte y que cada día suena más distanciado de lo que a la gente realmente le interesa.

La gran mayoría del país ya no le cree ni los buenos días y el chavismo se encuentra atrapado, contra la pared, pendiendo de ese hilo envejecido a punto de partirse.

Por otro lado, el cúmulo de injusticias y odios generados ha sido tan inmenso que el Día Después, comenzará en Venezuela algo parecido a los juicios de Nuremberg: los principales responsables de esta debacle -empezando por Chávez mismo-, serán enjuiciados aquí o en La Haya (por crimenes de lesa humanidad) y cuando eso empiece a pasar, los carnets del PSUV se pondrán tan rosaditos y los saltos de talanquera serán tan comunes, que lo que pudo ser una enorme oposición para el futuro gobierno, se enfrentará a evitar primero su propia disolución.

Pero por supuesto, para que este escenario probable se convierta en "historia verídica", falta la segunda parte de las tenazas: que la sociedad democrática como un todo termine de articularse para brindar una alternativa creible de desarrollo.

Y aunque esta parte es la más difícil de concretar (como dice Teodoro, la primera parte de la historia es fácil porque él solito y su modelo se autodestruyen), en las últimas semanas hemos visto como la Unidad por un país mejor se viene concretando.

Entre los últimos pasos, vale la pena destacar el encuentro que el pasado miércoles 11 de noviembre tuvieron los principales partidos de oposición con 11 organizaciones de la sociedad civil, en el marco de la Mesa de Unidad.

Por la sociedad civil estuvo presente la plataforma Venezuela Libre, conformada por las siguientes organizaciones: Abriendo Caminos, Comunidanas, Liderazgo y Visión, Ciudadanía Activa, Mujeres por la Libertad, Gente del Petróleo, Compromiso Ciudadano, La Colina , Voluntarios Abriendo Caminos, Apertura Venezuela, y Verdad Venezuela; y algo muy trascendente, es que también (por fin!) estuvieron presentes Leopoldo López y sus Redes Populares.

A continuación me tomo el atrevimiento de transcribirles el excelente resumen preparado por Ciudadanía Activa sobre los puntos que se están acordando:

• Necesidad de un cronograma electoral claro y urgente que incluya además de las parlamentarias, las municipales, 13 alcaldías pendientes y la gobernación de Amazonas.

• Selección de los mejores candidatos en un esquema de unidad que considere entre otras cosas las comisiones permanentes de la Asamblea Nacional. La presentación de los candidatos debe incluir su formación y experiencia como contraste con un listado del partido del gobierno cuyo único mérito es pertenecer al partido.

• Informar al país cual es la agenda parlamentaria con propuestas concretas que incluyan los temas más urgentes para el pueblo y en el marco de la Constitución Nacional. Los diputados oficialistas que hoy conforman la Asamblea Nacional solo han atendido órdenes superiores para perpetuar al Presidente en el poder e implantar un régimen totalitario, violando en varias oportunidades la Constitución en lugar de dar respuesta a los electores en temas urgentes como seguridad, salud, vivienda, empleo, etc.

• Definición inmediata de los medios de elección y definición de las fechas informando al país cuales serán las bases para el consenso y las primarias.

• Respetar la opinión y realidad de las regiones por cuanto la alternativa democrática defiende y práctica la descentralización.

• Considerar tener la tarjeta única para candidatos nominales y las tarjetas de los partidos para las listas con lo cual se refuerza el concepto de la unidad y al mismo tiempo los partidos pueden promocionar sus organizaciones.

• Apertura de la mesa a otros sectores del país y desarrollar la unidad más allá de la oposición

• Exigir transparencia y equilibrio al CNE y organizarse para la defensa del voto. Solicitar desde ya la depuración del registro electoral, presencia de observadores nacionales e internacionales y una tinta que sea realmente indeleble ya que es la única garantía de un elector-un voto, entre otros.

• Campaña cara a cara con los electores reforzando los aspectos positivos y propositivos, y al mismo tiempo denunciando la mala gestión del gobierno actual.

Estos puntos, preñados de simplicidad y sentido común, están siendo discutidos y afinados en un ambiente de unidad inter-partidista como no se veía desde hace décadas. Como bien se expresa en algunos de los puntos antes señalados, todavía falta integrar a más factores de la sociedad y por supuesto, comunicar mejor a la población lo que se está logrando, pero a mi parecer, definitivamente hay razones para mantenerse optimistas.

Al final, quizás uno de los pocos legados positivos de este nefasto gobierno será el que ante tanto terror, ante tanta desidia, ante tanta degradación, por fin los líderes modernos del país se estén poniendo de acuerdo para sacar al país del hoyo en que ha caído.

Amén!


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